Soluciones y últimas tareas

¡Buenos días! Empecemos con las soluciones de esta semana:











a) Oración compuesta por coordinación copulativa, formada por:

- Prop. 1: oración simple, bimembre, predicativa, activa, intransitiva, enunciativa afirmativa.
- Prop. 2: oración simple, bimembre, predicativa, activa, transitiva, enunciativa afirmativa.

b) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, intransitiva, enunciativa afirmativa, en la que el CCF es una proposición subordinada adverbial final.

c) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, intransitiva, enunciativa negativa, en la que hay una proposición subordinada adverbial condicional.

d) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, transitiva, enunciativa afirmativa, en la que el CCM es una proposición subordinada adverbial propia de modo.

e) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, transitiva, enunciativa negativa, en la que el CD es una proposición subordinada sustantiva.

f) Oración compuesta, bimembre, atributiva, enunciativa afirmativa, en la que el adyacente del atributo es una proposición subordinada adjetiva especificativa.

g) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, transitiva, exhortativa, en la que el CD es una proposición subordinada adjetiva sustantivada.

h) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, transitiva, enunciativa afirmativa, en la que el CCM es una proposición subordinada adverbial propia de modo.

i) Oración compuesta, bimembre, predicativa, activa, transitiva, enunciativa negativa, en la que el adyacente del sujeto es una proposición subordinada adjetiva especificativa.

j) Oración compuesta, bimembre, predicativa, pasiva, enunciativa afirmativa, en la que el adyacente del sujeto es una proposición subordinada adjetiva especificativa.

Morfología:

* Y: conjunción copulativa.

* Muchas: determinante indefinido.

* Violentas: adjetivo especificativo, grado superlativo absoluto.

* Mucho: adverbio de cantidad.

* Como: conjunción subordinante.

* Dónde: adverbio interrogativo.

* Aquel: pronombre demostrativo de lejanía.

* Donde: adverbio relativo.

* Cuenta: verbo contar, 1ª conjugación, 2ª persona del singular, presente de imperativo, aspecto imperfecto, voz activa.

* Que: pronombre relativo.

Con respecto a los últimos deberes ya del curso, quiero que me mandéis las 20 oraciones (con sus 20 palabras) que pedí al principio de este confinamiento. Ya sabéis, las que están en esta página del blog. Quiero las 10 primeras esta semana y las otras 10 la semana que viene, siempre teniendo el viernes como plazo máximo de entrega (20 horas); pero si lo tenéis ya hecho y me lo queréis mandar de una sentada, mejor que mejor.

A lo largo de esta semana os iré mandando, poco a poco, los comentarios de Almudena Grandes ya corregidos. Mientras tanto, quiero que me hagáis un último comentario literario para así trabajar el Realismo y el Naturalismo. Quiero, en esta ocasión, todos los apartados, a saber, tema, resumen, organización de las ideas, comentario literario y comentario/ensayo crítico; y disponéis hasta el viernes 11 de junio para entregarlo.

El texto es el siguiente (ánimo, que es el último ^_^ -salvo que os quede Lengua, que espero que no-):

A la sazón el buen Don Inocencio, sacerdote del pueblo, sacaba de debajo de la sotana una gran petaca de cuero, marcado con irrecusables señales de antiquísimo uso, y la abrió desenvainando de ella dos largos pitillos, uno de los cuales ofreció a nuestro amigo. De un cartoncejo que irónicamente llaman los españoles wagon, sacó Rosario un fósforo, y bien pronto Don Pepe Rey y Don Inocencio
echaban su humo el uno sobre el otro.

-¿Y qué le parece al Sr. D. José nuestra querida ciudad de Orbajosa? -preguntó el canónigo, cerrando fuertemente el ojo izquierdo, según su costumbre mientras fumaba.

-Todavía no he podido formar idea de este pueblo -dijo Pepe-. Por lo poco que he visto, me parece que no le vendrían mal a Orbajosa media docena de grandes capitales dispuestos a emplearse aquí, un par de cabezas inteligentes que dirigieran la renovación de este país, y algunos miles de manos activas. Desde la entrada del pueblo hasta la puerta de esta casa he visto más de cien mendigos. La mayor parte son hombres sanos y aun robustos. Es un ejército lastimoso cuya vista oprime el corazón.

-Para eso está la caridad -afirmó D. Inocencio-. Por lo demás, Orbajosa no es un pueblo miserable. Ya sabe Vd. que aquí se producen los primeros ajos de toda España. Pasan de veinte las familias ricas que viven entre nosotros.

-Verdad es -indicó doña Perfecta- que los últimos años han sido detestables a causa de la sequía; pero aun así las paneras no están vacías, y se han llevado últimamente al mercado muchos miles de ristras de ajos.

-En tantos años que llevo de residencia en Orbajosa -dijo el clérigo, frunciendo el ceño- he visto llegar aquí innumerables personajes de la Corte, traídos unos por la gresca electoral, otros por visitar algún abandonado terruño o ver las antigüedades de la catedral, y todos entran hablándonos de arados ingleses, de trilladoras mecánicas, de saltos de aguas de bancos y qué sé yo cuántas majaderías. (...) Por supuesto, no se crea ni remotamente que lo digo por Vd. De ninguna manera. Pues no faltaba más. Ya sé que tenemos delante a uno de los jóvenes más eminentes de la España moderna, a un hombre que sería capaz de transformar en riquísimas comarcas nuestras áridas estepas... Ni me incomoda porque usted me cante la vieja canción de los arados ingleses y la arboricultura y la selvicultura... Nada de eso; a hombres de tanto, de tantísimo talento, se les puede dispensar el desprecio que muestran hacia nuestra humildad. Nada, amigo mío, nada, señor D. José, está Vd. autorizado para todo, para todo, incluso para decirnos que somos poco menos que cafres.

Esta filípica, terminada con marcado tono de ironía, y harto impertinente toda ella, no agradó al joven; pero se abstuvo de manifestar el más ligero disgusto y siguió la conversación, procurando en lo posible huir de los puntos en que el susceptible patriotismo del señor canónigo hallase fácil motivo de discordia.

Capítulo V, Doña Perfecta, Benito Pérez Galdós

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