El Romanticismo: rasgos generales

- Libertad: frente a la razón que lo controlaba todo durante la Ilustración, el romántico defiende la libertad absoluta en todos los ámbitos. Así, exaltará sus deseos individuales y sus pasiones frente a la sociedad que lo somete; rechazará todas las reglas, normas y leyes que rigen el mundo (especialmente en el campo del arte, ignorando así las normas aristotélicas ilustradas); y abogará por temas y personajes (rebeldes) que le permitan conseguir dicha libertad, que no ha de someterse a nada.

- Individualismo: la Ilustración defendía el bienestar general y la felicidad social; el Romanticismo solo encuentra dichas emociones si se satisfacen las pasiones individuales. Los sentimientos propios son lo único que ha de preocupar a una persona si desea ser realmente feliz. En muchos casos, el romántico se encerrará en sí mismo para rechazar a ese mundo que intenta constreñir sus emociones, diciéndole qué ha de sentir o pensar.

- Soledad y angustia: debido a su carácter rebelde, los ideales románticos eran rechazados por la sociedad. Eso hacía que el romántico, que ansiaba transformar el mundo de acuerdo a sus creencias, se sintiera solo y desamparado. Por ello, muchas de sus composiciones literarias versaban sobre los sentimientos de tristeza, melancolía, dolor y angustia que le provocaba la sociedad con tal rechazo. Asimismo, el pesimismo, el desengaño y el hastío (el cansancio espiritual y emocional ante esta situación) eran otras notas predominantes en poemas, relatos y obras de teatro.

- Deseo de evasión: como en el mundo occidental el romántico no encontraba su sitio, decidía buscarlo en otros horizontes. Así, tal como se ha expuesto anteriormente, podían refugiarse en su intimidad, que reflejaban en sus poemas; pero, por lo general, procuraban hacerlo en lugares geográficos exóticos y lejanos (India, China, Arabia) o tiempos históricos remotos (la Edad Media, frecuentemente) completamente idealizados. En ellos podía ser completamente libre.

- Ambientes tétricos y escabrosos: el pesimismo romántico lleva a los autores de este movimiento a centrarse de forma obsesiva en la muerte, que representan de una forma luctuosa y lúgubre, como un final inevitable al dolor que produce este mundo. A nivel temático, además, son habituales las referencias a los cementerios, los fantasmas, los espectros, la noche, la tormenta, las fuerzas malignas e infernales...

- Imaginación e irracionalismo: al rechazar la razón y las reglas artísticas clásicas, los románticos defienden la imaginación como única herramienta para la creación literaria. Por ello, recuperarán los elementos sobrenaturales propios de las leyendas: la magia, los duendes, las brujas, los demonios, las maldiciones, etc.; además de lo fantasmagórico, como se comentó anteriormente.

- Impulso del sentimiento nacional: los románticos también desean encontrar la verdadera alma de sus países y procuran hallarla en su historia, su literatura, su naturaleza, su arte... Eso les permitía reivindicarse frente a las potencias que los oprimían (Alemania, Italia, Grecia); o ensalzar los valores patrióticos en una situación de decadencia (España).

- Estilo cuidado y bello: el romántico buscaba la belleza en sus textos y, para ello, apostará por el empleo habitual de recursos literarios (especialmente la metáfora y la aliteración, así como la antítesis) y un lenguaje culto, si bien su expresión será clara, directa y sencilla para que todo el mundo pueda disfrutar de la obra. En este sentido, el Romanticismo se encuentra entre la complejidad barroca y la sencillez ilustrada.

Comentarios