El árbol de la ciencia, de Pío Baroja
Muchas veces tío y sobrino discutieron largamente. Sobre todo, los planes ulteriores de Andrés fueron los más debatidos. Un día la discusión fue más larga y más completa:
-¿Qué piensas hacer? -le preguntó Iturrioz.
-¿Yo? Probablemente tendré que ir a un pueblo de médico.
-Veo que no te hace gracia la perspectiva.
-No; la verdad. A mí hay cosas de la carrera que me gustan; pero la práctica, no. Si pudiese entrar en un laboratorio de fisiología, creo que trabajaría con entusiasmo.
-¡En mi laboratorio de fisiología! ¡Si los hubiera en España!
-¡Ah, claro, si los hubiera! Además, no tengo preparación científica. Se estudia de mala manera.
- En mi tiempo pasaba lo mismo -dijo Iturrioz-. Los profesores no sirven más que para el embrutecimiento metódico de la juventud estudiosa. Es natural. El español todavía no sabe enseñar; es demasiado fanático, demasiado vago y casi siempre demasiado farsante.
-Además, falta disciplina.
-Y otras muchas cosas. Pero, bueno, tú, ¿Qué vas a hacer; ¿No te entusiasma visitar?
-No.
-Y entonces, ¿Qué plan tienes?
-¿Plan personal? Ninguno.
-¡Demonio! ¿Tan pobre estás de proyectos?
-Sí, tengo uno: vivir con el máximo de independencia. En España, en general, no se paga el trabajo, sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor.
1.- Relaciona este fragmento de El árbol de la ciencia con dos autores que hayamos visto este trimestre y explica los vínculos que tengan en un mínimo de 5 líneas por cada escritor.
2.- Ensayo-comentario crítico sobre el tema presente en este texto (200 líneas mínimo).
Muchas veces tío y sobrino discutieron largamente. Sobre todo, los planes ulteriores de Andrés fueron los más debatidos. Un día la discusión fue más larga y más completa:
-¿Qué piensas hacer? -le preguntó Iturrioz.
-¿Yo? Probablemente tendré que ir a un pueblo de médico.
-Veo que no te hace gracia la perspectiva.
-No; la verdad. A mí hay cosas de la carrera que me gustan; pero la práctica, no. Si pudiese entrar en un laboratorio de fisiología, creo que trabajaría con entusiasmo.
-¡En mi laboratorio de fisiología! ¡Si los hubiera en España!
-¡Ah, claro, si los hubiera! Además, no tengo preparación científica. Se estudia de mala manera.
- En mi tiempo pasaba lo mismo -dijo Iturrioz-. Los profesores no sirven más que para el embrutecimiento metódico de la juventud estudiosa. Es natural. El español todavía no sabe enseñar; es demasiado fanático, demasiado vago y casi siempre demasiado farsante.
-Además, falta disciplina.
-Y otras muchas cosas. Pero, bueno, tú, ¿Qué vas a hacer; ¿No te entusiasma visitar?
-No.
-Y entonces, ¿Qué plan tienes?
-¿Plan personal? Ninguno.
-¡Demonio! ¿Tan pobre estás de proyectos?
-Sí, tengo uno: vivir con el máximo de independencia. En España, en general, no se paga el trabajo, sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor.
1.- Relaciona este fragmento de El árbol de la ciencia con dos autores que hayamos visto este trimestre y explica los vínculos que tengan en un mínimo de 5 líneas por cada escritor.
2.- Ensayo-comentario crítico sobre el tema presente en este texto (200 líneas mínimo).
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